Ya se han cumplido más de 6 meses de iniciar una de las movilizaciones más importantes, en términos de masividad, duración y propuesta, de nuestra historia post-dictadura. Todo esto, luego de las consecutivas maniobras por parte de la mafias política, que opera desde el gobierno y también desde universidades y liceos que nos obliga a plantearnos la problemática sobre cómo conseguir un cambio educacional que signifique una victoria real para el movimiento estudiantil.
Dentro del proceso de desmantelación del Estado Docente, originado en los 80 y profundizado drásticamente en los primeros gobiernos de la Concertación, se enmarca el proceso de movilización que viene a reventar la escena pública el 2006 con la “revolución pingüina” y nutre los niveles de participación y radicalidad a la presente movilización.