Nos encontramos en un escenario complejo y adverso. El gobierno ha intentado acallar las demandas estudiantiles por una educación gratuita desde el comienzo de las movilizaciones. Por medio de la represión, de la criminalización, de la fragmentación y ahora por medio del chantaje.Es así como hoy nos hemos visto arrastrados en una primera instancia al cierre del I semestre que se impuso por medio de la amenaza de que los estudiantes perderían sus beneficios y amenazando también a las instituciones universitarias de que no se les entregarían más recursos. Ahora nos vemos enfrentados a un escenario similar con la imposición del comienzo de un II semestre en condiciones precarias y poco académicas. Esto tiene como principal objetivo mantener el financiamiento de las universidades, lo cual refleja la macabra realidad de que las familias más modestas de este país sostienen el sistema universitario.
El asistencialismo es el arma que los gobiernos utilizan, con el fin de tapar las falencias del sistema neoliberal, pero en ningún caso cortan el problema de raíz. Paradójico, puesto que nuestra lucha, durante estos 5 meses ha sido por terminar con esta lógica de financiamiento, exigiendo que el estado asuma su rol docente como garante de la educación.
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