Luego de largas semanas, de vigorizantes actividades y marchas, donde cientos de miles sentimos cómo vibraba todo un movimiento, cómo a su vez se construían proyectos, se analizaban problemáticas, se derrumbaban antiguos supuestos y paradigmas, tal vez resulta –aunque un poco adelantado- necesario realizar algunos análisis y comentarios sobre el presente y el devenir de un movimiento que sacó a mas de doscientos mil estudiantes y trabajadores a la calle.
Vemos cómo, por ejemplo, distintos partidos políticos se “apoderan” de discursos y demandas que antes no admitían; cómo partidos políticos (Concertación) critican y se “cuelgan” a descargos contra los proyectos y visiones que ellos mismo defendieron y ayudaron a consolidar durante veinte años. Pero también vemos, por otro lado, como algunas dirigencias estudiantiles y académicas buscan negociaciones con el oficialismo -que ya están arregladas- porque ya generaron el “ambiente de desestabilización” y no saben aún cómo hacer parecer una derrota en victoria. Les decimos a ellos ¡Bien! Se ganaron las circunscripciones y comunas prometidas.
En los paros y actividades de diversos espacios locales se discute a sobremanera, se analizan los procesos y se plantean soluciones ¿Llegarán esos análisis y decisiones resueltas por estudiantes comunes y corrientes, por estudiantes de base, a las mesas negociadoras donde nuestros macro dirigentes pretenden representarnos? ¿Por qué en las asambleas y reuniones de la Confech se lucha por un puesto en la mesa de negociación?
Como MUI UCH consideramos que un movimiento para que sea fuerte debe, por una parte, debe responder a mecanismos de organización realmente democráticos, dónde las discusiones de los estudiantes de base sean los que verdaderamente construyan la postura del movimiento, donde no existan instancias que se han prestado desde bastante tiempo para acomodar y mantener poder desde los partidos políticos, quienes finalmente terminan por acomodar un movimiento social en método de presión partidistas, un movimiento que pretendía ser ocupado, como ya lo dijimos, como uno de los medios para generar un sentimiento de desestabilización gubernamental, y así, recobrar el poder arrebatado, tanto en las municipales del 2012, como en las presidenciales 2014. No es extraño ver marchar a políticos concertacionistas contra las reformas que ellos, hace no más de dos años, impulsaban; a políticos que en su gobierno privatizaron aún más encubierto -porque tenían un discurso oportunista- la educación de este país.
Por otra parte, no concebimos un movimiento fuerte sin demandas concretas y concisas, donde se demande por puntos claros que no estén sujetos a modificación, dónde podamos como movimiento, ocupar toda nuestra energía para conseguirlo. No confiamos en demandas abstractas y poco claras, las cuales dan pie a ser “rellenadas” y “cercenadas” tanto por órganos partidistas de oposición como por el Gobierno.
Democraticemos y exijamos, como estudiantes de base, a nuestros representantes que realmente reproduzcan nuestra voz; no permitamos las negociaciones arregladas y la “poda” de nuestras demandas.
Por una educación digna para TOD@S,
Movimiento Universitario de Izquierda, MUI UCH.
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