La educación chilena está en crisis, eso nadie lo puede negar, de ahí que nos parezca alarmante la incompetencia del ejecutivo, y de la clase política en general, para enfrentar el “tema educacional” y darle respuestas a un movimiento estudiantil que ha puesto sobre la mesa temas que no se discutieron en más de 20años de mal llamada democracia. Su accionar, a la defensiva del movimiento estudiantil, puede ser catalogada como reaccionario, tanto en la represión que el aparato del Estado les ofrece al estudiante, como en su propuesta de “reforma” educacional.
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